Estar conectados contra el resentimiento
Hace unas semanas, llegué a experimentar de forma consciente que la conexión con nuestros hijos, con nuestra pareja, con nuestra familia o amigos es uno de los motores o pilares de nuestras vidas.
Cuando analizaba de dónde venía el resentimiento, del que os hablé en un post anterior, descubrí que cuando estaba conectada, presente y disponible con mis hijos y ellos conmigo, y viceversa, o cuando mi pareja y yo estábamos conectados, todo fluía. Sin embargo, si estábamos, de forma individual, enfrascados en nuestros asuntos, juegos, trabajo, ocupaciones, etcétera, se acrecentaba la distancia, el malestar, el resentimiento y, en consecuencia, la desconexión. Dando lugar así a más resentimiento, más distancia y más malestar, convirtiéndose entonces en un círculo vicioso.
Pero es muy sencillo llegar a ese punto. Basta revisar:
- los quehaceres diarios,
- la falta de tiempo, o el tiempo desafortunadamente invertido,
- el cansancio,
- la falta de ganas,
- la incomunicación,
- los temas no zanjados,
- los “malos comportamientos” de los niños,
- las críticas,
- los juicios,
- las quejas,
- los conflictos,
- las preocupaciones,
- los problemas y
- el propio resentimiento derivado de la carga física y mental y y/o de todo lo mencionado anteriormente,
para saber que no es fácil lidiar con el día a día de la maternidad.
Y que, si se descuidan los detalles, el autocuidado, los tiempos en exclusiva, las reuniones de familia y las de pareja, la comunicación (o si ésta deja de ser respetuosa), podría desembocar en la ruptura de la confianza, de la fortaleza, del vínculo, el apego y el amor incondicional.

Cuando yo, mis hijos, o cualquier persona no se siente:
- escuchada activamente,
- significante,
- perteneciente a la familia,
- que contribuye,
- que confían en ella,
- que la aman incondicionalmente,
se desconecta y un pilar fundamental de su vida se tambalea.
Es por ello, que una de las máximas en Disciplina Positiva es “conexión antes que corrección”. Si primero conectamos, nuestros hijos responderán mejor.
Yo, personalmente, noto que cuando nos falta la comunicación, el tiempo juntos o la cercanía, me siento muy desconectada y empiezo a buscar la manera de volver a conectar, mediante pequeños pasitos, intentando un acercamiento. Aunque reconozco también, que a veces me resulta molesto tener que tomar yo la iniciativa de abrir ese camino.
Vanessa Ojeda