Así nos sentimos conectadas
Quizás me leéis desde el principio y conocéis mi historia o tal vez no. Pero toda esta aventura de Mamá se escribe con amor empezó en forma de relatos que escribía mientras mi hijo dormía en mis brazos, de una manera natural y con una intención profundamente terapéutica, para no olvidar muchas de las cosas que estaban marcando el inicio de mi maternidad.
Un día, de repente, se me ocurrió que podía ser buena idea compartirlo con el mundo, por si a otras madres les resonaba algo de lo que contaba y les ayudaba a sentirse conectadas con otras madres. Como mínimo a sentirse identificadas, validadas, acompañadas.
Así nació el proyecto y en poco más de un año, mis escritos estaban en una web, accesibles al resto del mundo. Algo tan íntimo para mí, ahora mismo puede ser leído por cualquiera, en cualquier lugar del mundo.
A medida que pasaban los meses, me fascinó ver cómo me leían desde otros países, pero ahora estoy aun más sorprendida de que también me escriban desde el otro lado del Atlántico para contarme que han tenido una cefalea post punción tras el parto como consecuencia de la anestesia epidural y para preguntarme sobre cómo la superé, cuántos días duró, etc.
Y han sido un par de madres ya. Probablemente buscando un poco de esperanza. A veces, me escriben, les respondo y ya no recibo más noticias. Me resulta sorprendente no saber más de ellas después, aunque pienso que quizás necesitaban simplemente sentirse un poco menos solas en ese momento de sus vidas.
Sea como fuere, esto tiene sentido. Seguir compartiendo parece ser útil. Sí, el objetivo con el que empezó este proyecto se ha cumplido.
En algunos momentos de estrés me pregunto si sirve de algo que yo escriba, semana tras semana, en mi blog. Y cuando me lo pregunto, llega la respuesta, a veces muy lejana, desde el otro lado del Atlántico. Sintiéndonos conectadas como madres.
Vanessa Ojeda