Es nuestra responsabilidad
Hoy tenía previsto publicar un post dedicado a la Navidad, porque quizás el próximo sábado, que es Navidad, me lo tome de descanso. Me lo merezco, ¿no? 😉
La cuestión es que ha sido una semana muy intensa. Todo ha pasado muy rápido y hoy no puedo seguir disimulando que miro hacia otro lado porque lo que está pasando es demasiado grave.
Desde que la semana pasada escribí “La inoculación de nuestros hijos” se han acelerado los acontecimientos: rechazo social a los no vacunados, increíble aumento de los “casos”, confinamiento de nuestro hijo pequeño, conflictos en el grupo, PCR, noticias y mensajes desde vías diferentes, censura por parte de Facebook, experiencias conocidas sobre las consecuencias de la vacuna en adultos y la inoculación infantil, que ya es una triste realidad.

He decidido que hay que poner límites. Que hay que defender los derechos de los que aún no tienen voto (aunque sí voz, pero no son escuchados). He decidido que me da igual que me miren mal. Porque, al fin y al cabo, hablarán igualmente a mis espaldas, haga lo que haga. He decidido que tenemos derecho a la libertad de expresión. He decidido que, por los niños, que son el futuro de este planeta, hay que luchar. Así que, voy a seguir con el tema que ya abrí hace una semana. Respetando lo que cada uno decida, pero incorporando información para el que aún tenga dudas.
Seguiré luchando por la protección de los menores, entre ellos, mis hijos y lucharé también para que se acabe esta pesadilla.
Aquí os dejo un artículo muy interesante, que fue censurado en otro medio, para reflexionar sobre la realidad de lo que está sucediendo. Y una infografía publicada por Padres por la verdad que resume a la perfección la realidad sobre la vacunación infantil. Espero que os sean de utilidad.
Es nuestra responsabilidad.
Vanessa Ojeda