Los 10 mandamientos para que nuestros hijos coman bien. Y nosotros también
Ya en otros posts os he hablado sobre la comida, la alimentación saludable y los niños. Incluso he impartido un taller sobre el tema. Y es que la hora de la comida puede convertirse en una odisea si tendemos a repetir patrones aprendidos. ¿Os habéis planteado por qué en nuestra cultura española se incluye la comida en todo acto social y por qué tiende a usarse para tapar heridas emocionales?

Hace unos días asistí a una conferencia de Julio Basulto en Mallorca, organizada por Peque Páginas.
Entre numerosas anécdotas y experiencias personales, Julio nos habló de qué podemos hacer para que nuestros hijos coman bien. Hoy quería compartir con vosotros su decálogo.
- Lo más importante de todo: evitar el atragantamiento y actuar en caso de que se produzca. Invitó a aprender la maniobra de Heimlich acudiendo a algún curso de primeros auxilios o mirando vídeos explicativos.
- Evitar el autoritarismo. Permitir que no nos obedezcan. Los padres que obligan a comer están multiplicando por 5 las posibilidades del niño de padecer obesidad.
- Comer en familia, como mínimo 3 veces a la semana. Fomentar un buen ambiente, risas, comunicación. Tratar a nuestros hijos como invitados. Darles lo que les gusta para que se sientan a gusto y vuelvan.
- Lactancia materna prolongada.
- No comprar lo que no queremos que coman. Y eso incluye todo lo que se anuncia en medios de comunicación. Normalmente no hacen anuncios de lo que es saludable: fruta, verdura, frutos secos, legumbres, aceite, etc. No olvidemos que España es el líder europeo en obesidad infantil.
- No negar. Cuando llega a manos de los niños comida no saludable evitar negársela. Hablar con las personas que se la dan, en vez de criticar la conducta de los niños por acceder a ella o comérsela.
- No ofrecer comida no saludable. Mantenerla fuera del armario o fuera del alcance de la vista de los niños, como los medicamentos.
- Disponer en el hogar de comida saludable. Poner comida sana ante sus ojos y tener paciencia. Mostrarnos los padres como ejemplo comiendo de lo que predicamos o pretendemos que ellos coman.
- Tirar a la basura bebidas y tortitas de arroz. Contienen mucho arsénico y su consumo aumenta el riesgo de padecer cáncer. Evitar dar a niños menores de 6 años también atún, pez espada y lucio por su alto contenido en mercurio. Y evitar ofrecer la miel a menores de 1 año porque puede producir botulismo.
- En mayores de 3 años (antes supuestamente son lactantes), seguir una dieta saludable basada en vegetales, fruta, legumbres, frutos secos, semillas y harinas. En menor medida huevos, pescado y carnes, especialmente procesadas.
¿Os parece demasiado difícil? A mí lo que me parece demasiado difícil es conseguirlo fuera de nuestro hogar. Vivir en sociedad, comer en otros lugares, con otras familias y que les ofrezcan comida saludable me parece utópico. Por mucho que se lo transmitamos, acaban haciéndolo a nuestras espaldas. Aun falta crear conciencia sobre cómo han cambiado los hábitos alimenticios en este país. Y recordar lo que significa comer bien. Los abuelos, que comían sano en su juventud, ahora tienden a comer peor que nosotros.
Vanessa Ojeda
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