Hablando de pantallas

Dispositivos y niños

En el post sobre abuso de las pantallas os conté cómo las pantallas se han hecho imprescindibles en nuestras vidas. Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de hablar también de los efectos nocivos sobre la salud que ya han demostrado. Otros tantos no han quedado demostrados aun, aunque se sabe que son nocivas para la salud. Sino, ¿por qué hay tantos casos de cáncer (entre otras muchas enfermedades)?

Hacer o ver a través de una pantalla no es lo mismo que jugar de verdad. El poco movimiento y la mirada fija desembocan en cansancio mental. 

Los niños deben experimentar a través de experiencias reales, con personas y animales reales. 

Las consecuencias del uso de pantallas son:

• Adicción 
• Sobre estimulación 
• Deterioro del control de la impulsividad
• Desconexión humana
• Problemas conductuales
• Ansiedad
• Depresión 
• Obesidad
• Reducción de la curva de atención
• Reducción de la concentración
• Aumento del aburrimiento

Además de otras consecuencias, tales como:

• Desarrollo cerebral inadecuado en niños menores de 2 años
• Retrasos cognitivos
• Aumento de la impulsividad y rabietas por falta de control
• Retrasos en el desarrollo de la motricidad, en el rendimiento académico y la atención
• Riesgo de obesidad por sedentarismo
• Alteración del sueño, mayor dificultad para conciliarlo
• Trastorno bipolar 
• Riesgo por radiación emitida: mayor riesgo de cáncer
• Riesgo de cyberbullying
• Sobre activación
• Trastornos por videojuegos. Juego continuo vinculado a:
  • Falta de control en la duración, frecuencia, intensidad y contexto
  • Prioridad de jugar sobre otros intereses, actividades u obligaciones
  • Conducta que continúa o aumenta, a pesar de las consecuencias negativas del juego

La cuestión es que en los niños también ha quedado demostrado que:

• En países del norte de Europa, a los 15 años el 90% de la población ha desarrollado miopía al haberse adelantado el uso de las pantallas

Simplemente para reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos en esta cuestión.

Vanessa Ojeda