Pues sí, otro año más que se va. Como un suspiro, se marcha para no volver el 2017.
Un año que hemos vivido intensamente, en el que hemos vuelto a viajar después de varios años (nuestro primer viaje sin niños), en el que hemos disfrutado de las celebraciones (resaca de cumpleaños, 20 años y dos hijos después, primer aniversario), en el que los bebés se han convertido en niños (adiós bebés…), en el que hemos reflexionado bastante y en el que hemos gestionado especialmente las emociones (gestionar las emociones con Miriam tirado).
Pero sin duda en este 2017 nuestro hito más importante ha sido reconducir nuestro camino, parar y decir que no podíamos seguir así, hablar hasta convencernos de que no nos gustaba cómo lo estábamos haciendo y decidir hacer algo para cambiarlo (nuestra primera asamblea familiar).
Y ese es nuestro reto y propósito para el año nuevo. Seguir adelante con el proceso de cambio que nos permite relacionarnos mejor con nuestros hijos y entre nosotros, así como con nosotros mismos. Y creo estar segura de que nos hará más felices.
Por ello acabo el año sintiéndome alegre por eso y por ser tan afortunada de tener todo lo que necesito y más. Y por encima de todo, feliz de ser amada y dar amor.
Así que al 2018 sólo le pido salud, amor y humor para seguir disfrutando de esta vida intensamente, todo lo intensamente que nuestras propias barreras nos permitan.
Y a todos los que me seguís y me dedicáis palabras bonitas os deseo lo mismo. Me encanta que forméis parte de mí.
¡Feliz año nuevo!
Vanessa Ojeda