¿Dónde está ese punto intermedio?
Hay días, en los que otras madres, a veces con algunos años más de experiencia que yo, me cuentan algunas dificultades con las que se topan en la crianza de sus hijos. Muchas veces relacionadas con el dilema que supone decidir sobre algo que podría condicionar la vida de sus hijos.
Preguntas como:
- ¿Qué hago si un día mi hija me dice que le duele la barriga y no se encuentra bien para ir al colegio?
- ¿Y si me llaman del cole por cuarta vez este año porque dice que le duele la cabeza?
- ¿Qué le contesto la primera vez que me pida irse con una amiga de marcha sola?
- ¿Qué hago si me recomiendan medicar a mi hijo diagnosticado de algún tipo de trastorno?
- ¿Cómo procedo cuando me pida usar mi móvil o tener el suyo propio?
- ¿Cómo gestionar el uso del móvil, su privacidad o su intimidad? ¿Hasta dónde controlo?
- ¿Le dejo comer chucherías? ¿Cuántas? ¿Con qué frecuencia?
- Quiere tener autonomía, ¿sí o no a la moto?
- Una niña ha pegado a mi hija en el colegio. ¿Intervengo? ¿Hablo con la otra madre, con la profesora, con la otra niña?
…
Y así, un sinfín de situaciones, que nos llevan a la dicotomía entre el sí y el no, la sobreprotección o la desprotección, el control o la negligencia (entendida como la falta de cuidados, de escucha, de mirada, de presencia, de protección, de seguridad). Extremos que conllevan un gran peligro a largo plazo en la formación del futuro adulto en que se convertirá nuestro hijo o nuestra hija.
¡Qué difícil resulta tomar este tipo de decisiones! La primera pregunta que nos viene a la mente es: ¿Qué hago? ¿Hago lo que me dice mi instinto? ¿Hago lo que me empuja a hacer el miedo? ¿Es la rabia la que me mueve? ¿Me relajo y dejo que el niño o la niña resuelva por sí mismo lo que le suceda?
Permisividad
Protección
Negligencia
Desprotección
Autoritarismo
Caras de una misma moneda, la moneda de cómo criar a nuestros hijos. Decisiones difíciles, a menudo controvertidas que, sin duda, darán qué decir a los que les resulta fácil juzgar.
La gran dificultad radica en encontrar el punto de equilibrio entre el extremo que supone criar desde la sobreprotección y el otro extremo que supone hacerlo desde la negligencia.
Algunas de las herramientas que me vienen a la mente para afrontar estas situaciones son el diálogo con nuestros hijos (siempre y cuando la edad lo permita), la negociación, el vínculo, basar la relación en la confianza, la calma y el no juicio.
¿Quieres aportar alguna más, de cosecha propia?
Vanessa Ojeda