Hace un tiempo, semana tras semana, os fui contando cosas, compartiendo inquietudes o hablando de algún tema por aquí. Y, aunque muchos me conocéis, no todos sabéis de mí.
Si habéis navegado por la Web quizás habréis descubierto la sección “Historias de príncipes” pero sino, hoy os cuento algunas cosas sobre mí para sentirme más cerca de todos los que me leéis.
Soy una persona muy sensible. Altamente sensible.
Pero eso no hace tanto tiempo que lo he descubierto. Aunque saberlo me ha liberado profundamente.
No es fácil encajar socialmente cuando eres tan sensible. Hay muchas cosas que me resultan molestas. Mis sentidos están muy agudizados y todo se sobredimensiona.
Por eso lo que tiene que ver con los sentidos me afecta.
Me molestan los sonidos fuertes (conciertos, discotecas, pubs) o muy agudos.
Me molesta la luz del sol y luces muy fuertes (flash de fotos, focos, …).
No soporto el frío ni el calor. Mi temperatura de confort estaría entre los 24 y 29 grados. Por encima o por debajo no estoy a gusto.
Si se me cae un cabello, no paro hasta quitármelo de la piel.
No puedo soportar olores fuertes, sean malos (basura, sudor, vomitado, …) o “buenos” (perfumes, ambientadores, productos de limpieza, …).
Y con respecto al gusto, no tolero sabores fuertes ni picantes (pimienta, Chili, …) y por supuesto encontraría un trozo de piel de tomate en una olla de gazpacho.
No tolero la ropa de materiales no naturales.
La princesa del guisante me han llamado. Y sí, así es.
No es fácil, como decía, hacer vida social porque muchas cosas no encajan con mi forma de ser. No bebo alcohol, no soporto las aglomeraciones, no podía estar demasiado tiempo en una discoteca ni trasnochar mucho.
Soy reacia a los cambios y me cuesta mucho el contacto físico con otras personas.
No considero que todo esto sea malo, pero obviamente me hace sentir incómoda en algunas situaciones.
Solo alguien que entienda esto puede convivir conmigo o aceptarme. Por eso para mí fue tan importante descubrir que era PAS. Me ayudó a darle nombre a cómo soy y a autoaceptarme.
Y esa sensibilidad hace que me conecte en extremo con otras personas (mucha empatía), que me horrorice ver imágenes que pueden herirme (violentas, bélicas, sangrientas, terroríficas, …) pero también me proporciona capacidad de escucha, observación y memoria. Soy también detallista sin embargo me tomo las cosas muy a pecho.
Entrar en grupos de PAS me sirvió para conocer a otras personas a las que también les molestan las costuras de los calcetines, las etiquetas de la ropa, los aires acondicionados, escuchar ópera, encontrar grumos en la comida, el olor a perfume, …
También hablé sobre este tema en el post “Más emociones“, por si queréis saber un poco más.
En próximos posts os sigo contando qué hago aquí.
Vanessa Ojeda
[…] un tiempo escuché un podcast de Marian rojas sobre la alta sensibilidad. Ya sabéis que yo soy PAS y mi marido e hijos probablemente también. Estos episodios de podcast siempre me ayudan a […]