Son numerosos los artículos que circulan hablando de cómo será la vida tras la pandemia, el confinamiento, el uso de las mascarillas, etc. Sí, seguro que será totalmente distinta. Habrá un antes y un después. Tras el primer confinamiento pude observar cómo algunas personas están constantemente quejándose del encierro, de la política, de lo mal que se hizo y se sigue haciendo, de que es insoportable.
Y no digo que no tengan su parte de razón, pero es fácil hablar, opinar y criticar desde nuestro sofá, estando sanos y sin mucho que hacer. Otra historia sería haber tenido a alguien o estado hospitalizado, incluso haber perdido a alguien.
Pienso que es necesario tener paciencia porque lo de confinarnos va a durar bastante tiempo. Irán disminuyendo los casos, pero luego volverán a crecer con la llegada del invierno y habrá que volver a encerrarse.
Y esto durará todo el tiempo necesario hasta como mínimo dar con la vacuna, que no será seguramente antes del 2021. Obviamente habrá que llevar mascarillas y tomar distancia social de otras personas y ser rigurosos con las medidas de higiene. Porque si bajamos la guardia, será vuelta a empezar.

Por otro lado, están los hiper preocupados por la economía. Con toda su razón para estarlo. Se avecina una recesión económica muy fuerte. Las consecuencias serán drásticas.
¿Quién podrá aguantar su negocio meses y meses cerrado?
¿Qué pasará cuando se acaben los ahorros?
¿Cómo reaccionarán los bancos?
Estas son las grandes preguntas. Las respuestas, una verdadera incertidumbre.
Pero también ha habido y habrá otros sectores emergentes: asistencia a domicilio, transporte, sanidad, asesoramiento, …
Se impondrá supuestamente el teletrabajo. Por fin quedará demostrado que funciona. Y muchos negocios deberán adaptarse a la venta on-line. Su única alternativa para subsistir.
Es innegable que mucha gente se arruinará. Por eso, por esa necesidad, se agudizará el ingenio, y la creatividad y se generarán así nuevas oportunidades de negocio.
Y saldremos adelante, porque las crisis son cíclicas, han existido siempre y seguirán existiendo. Se han superado y lo seguiremos haciendo. Unos mejor que otros, está claro.
Dado que de lo que se trata es de superar esta situación, habrá que hacer todo lo que esté en nuestra mano para llevarlo de la mejor manera posible, adaptándonos a la nueva situación y contribuyendo a la protección de las personas, así como a la nuestra propia.
Sin duda, una vida distinta durante bastante tiempo, y quién sabe cuántas veces se repetirá esto en el futuro.
¿Sabéis lo que de verdad me preocupa? Cómo transmitir a nuestros hijos todo lo que va ocurriendo. Porque los adultos sabemos lo que va sucediendo, pero ellos dependen de nuestras palabras. En casa se las damos nosotros, pero ahí fuera, el discurso pesimista, agorero y angustiado no siempre podemos filtrarlo. Y habrá daños colaterales para nuestros hijos, habrá pasos atrás. No olvidemos que se les niega el contacto, la cercanía, el trabajo en equipo.
Yo observo y veo que, en cuanto se sienten libres, aprovechan cualquier mínima excusa para tener contacto, aunque sea haciendo el burro.
Ahora, más que nunca, necesitan tocarse, para sentirse seguros y fomentar su autoestima. Hagamos todo lo posible para que esta vida totalmente distinta tenga unos mínimos efectos sobre los cimientos de nuestro ser.
Vanessa Ojeda