Abraham
Querido Abraham,
Cumples una docena de vueltas al sol mientras yo me pregunto a dónde han ido a parar esos 4.380 días en los que yo he estado luchando contra todos mis miedos, librando batallas perdidas, buscando el manual de instrucciones, tocando a decenas de puertas, leyendo montones de libros, realizando otras tantas formaciones, conectando con mi instinto, nadando contracorriente mientras aprendía a ser madre.
Y tú, a las puertas de un gran cambio en tu vida, conservas la alegría que te caracterizaba de pequeño, acompañada de las ganas de hacerte mayor cuanto antes para experimentar todo aquello que deseas.
Aún me sorprende ser consciente de que cada día que pasa te acercas más a mí, conectas más conmigo y te aproximas para abrazarme y darme besos, aun estando en el umbral de la adolescencia, como si estuvieras apropiándote de todo lo que no pude darte en los momentos que estuvimos distanciados.
Y me llena de amor saber que confías en mí. Yo también confío en ti. Veo tu responsabilidad, tu respeto, tu predisposición, tu ayuda y sé que te convertirás en un adulto con grandes valores. Y eso, es gracias a que todos hemos puesto de nuestra parte.
Te deseo un maravilloso decimosegundo cumpleaños lleno de amor, alegría y bienestar. Confía en el proceso que está por llegar. Y no olvides que tu guía interior te llevará por el buen camino. ¡Escúchala!
Felicidades hijo. Que cumplas muchos más.
Te quiere mamá,
Vanessa Ojeda
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