Que no siempre será así
Quizás no hace mucho que eres madre o tal vez sí. Puede ser que la maternidad no esté siendo como esperabas. Tal vez más intensa de lo previsto. Si lo sientes así, hoy te voy a contar algo que puede que te ayude a verlo todo desde otra perspectiva.
Y es que la maternidad no es la misma el primer día que después de 10 años. Eso sí, te diré que mi experiencia se limita a 11 años. Dentro de 10 más, seguro que yo misma lo veré todo desde otro prisma totalmente diferente al de hoy.
Empezaré diciéndote que la lactancia no siempre es fácil al principio. Aunque una vez establecida, puede ocuparte gran parte de tu día a día. Te prometo que eso cambiará. Habrá momentos en los que fluirá y llegará un día en que se acabará esa etapa y quizás hasta la eches de menos.
Habrá noches en las que apenas dormirás y tu hijo se despertará en innumerables ocasiones. Te prometo que volverás a dormir del tirón en algún momento. Como un tronco, sí, aunque te parezca mentira.
En algunas ocasiones, debes pensar si podrás estar en el baño más de 5 minutos sin que nadie llore, se siente a tu lado o te hable sin parar. Te prometo que volverás a ducharte, peinarte o darte cuidados a solas, en el baño. Algún día.
Tal vez te duela la espalda, la muñeca o alguna otra parte del cuerpo, de coger tanto a tu hijo en brazos. Te prometo que un día crecerá y pesará tanto que ya no podrás hacerlo.
Quizás te sientas agotada de vestir a tu hijo todos los días, preparar su comida, dejar lista su mochila o recoger sus cosas. Te prometo que un día tu hijo se hará sus propios bocadillos, se limpiará el culo él solo, se vestirá o se ordenará su habitación. Sí, todas esas tareas formarán parte de sus responsabilidades del día a día.
¿Y qué pasa con tu vida de antes de ser madre? Esa no volverá, porque la maternidad es tan transformadora que esa mujer que eras y la vida que tenías han quedado atrás. Sin embargo, te prometo que volverás a quedar con tus amigas para cenar o tomar un café. Te prometo que podrás ir de compras tú sola. Te prometo que volverás a hacer deporte, a mirarte al espejo, a cuidarte.
Volverás a trabajar, si así lo deseas, y a formarte. A viajar, a leer y a ir al cine. Saldrás con tu pareja, pasarás la noche fuera o te tomarás unas vacaciones sin hijos.
Lo que no te puedo prometer es que eso llegue cuando tú esperes que lo haga. Aunque sí te prometo que, todo lo que te he contado, sucederá. Porque lo que vives hoy no siempre será así. Como te dije recientemente, todo llega y todo pasa.
Palabrita de madre.
Vanessa Ojeda
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