No suelo visitar a mis amigas cuando dan a luz, a no ser que me lo pidan. Ya era así antes de ser madre pero mucho más desde que lo soy.
Y ¿por qué no lo hago?
- Porque el bebé necesita estar con su mamá todo el tiempo posible,
- porque la mamá y el bebé necesitan descansar,
- porque todos necesitan intimidad,
- porque, si la mamá desea dar el pecho, las primeras horas de vida son vitales,
- porque el bebé necesita tranquilidad,
- porque hay que respetar los deseos de los padres,
- porque seguro que cualquier visita puede esperar.
A la mayoría de gente le parece muy necesario acudir al hospital; y está bien que la familia directa vaya a conocer al nuevo miembro, pero el resto de visitas se pueden posponer.
Como ya he comentado en otras ocasiones (https://mamaseescribeconamor.com/posparto) mi primer postparto nos hizo estar ingresados 8 días y fue muy duro. Conté con las visitas de la familia a diario (siempre había alguien en la habitación durante el día) y a pesar de que intentaron ayudarnos en todo, nos resultó agotador.
Aunque no a todo el mundo le pareció bien, a algunos les pedimos que no viniesen a vernos hasta volver a casa. Y sólo una amiga que trabajaba en el hospital acudió en varias ocasiones. Sus visitas fueron las más productivas porque movió cielo y tierra para ayudarme con todo lo que me estaba pasando.
En cambio, el segundo postparto fue totalmente distinto. Primero, porque era el segundo hijo y eso reduce considerablemente la atención recibida. Segundo, porque nació a una hora de la tarde que hizo que nadie se desplazase hasta el hospital, además tardamos más en avisar a toda la familia y eso ayudó mucho. Tercero, porque solo estuve 48 horas hospitalizada y coincidió entre semana. Eso y el hecho de los antecedentes del primer postparto hicieron que mucha gente no viniese. Y fue de agradecer pues nos sentimos mucho mejor e hicimos las cosas como queríamos.
Mi experiencia solo ha hecho que reforzar mi propia intuición. No visito a personas en el puerperio si ellas no lo piden expresamente. Dejemos que el bebé y sus papás se conozcan, que se huelan, se sientan, se oigan, se toquen. Un ser ha llegado a este nuevo mundo y necesita adaptarse y sus papás necesitan tiempo para asimilar esa nueva vida y todos los cambios que conllevará.
Vanessa Ojeda