Y sus princesas
Una amiga y yo, desde hace un tiempo, filosofamos sobre la vida. Nos enviamos audios que parecen podcasts. En ellos hablamos de temas que con 15 años ni nos imaginábamos. Hace 30 que somos amigas y a los 15 pasábamos mucho tiempo juntas hablando de profes, de deberes, de amores, de emociones y de sentimientos. Íbamos a ver partidos de fútbol, a bailar a la discoteca. Leíamos la revista “Vale” y escuchamos música española, latina y rockera. También veíamos pelis de Disney. Nos criamos cuando Bella, Ariel, Jasmine o Pocahontas eran las Princesas Disney que conseguían enamorar a los príncipes con el objetivo de casarse con ellos para ser felices y comer perdices. Un auténtico alegato del amor romántico
En nuestras conversaciones hablamos de relaciones de pareja. Como es bien sabido por todas, la realidad de la vida no se parece en nada a las pelis de Disney. Yo me pregunto por qué no hicieron películas de Disney en las que las parejas se unían por amor, compartían su vida y tenían hijos. Seguramente la respuesta sea porque no vende contar la realidad. Nadie iría al cine a ver una película en la que aparecen mujeres cansadas, con una teta al aire, el pijama empapado de leche materna, el cabello enredado, la casa desordenada y la relación de pareja distante.
El mundo quiere seguir viendo series, leyendo novelas o siguiendo redes en las que todos los días nos cuentan historias de amor romántico. Y, haberlas, haylas, aunque no todas lo son.

Podría una peli de Disney contar cómo se vivía en tribu hace miles de años, cómo la propiedad cambió la manera de relacionarse socialmente. De qué manera el patriarcado ha marcado lo que es hoy en día la sociedad moderna o cómo el capitalismo nos hace sentir la necesidad de poseer cosas, éxito, personas. Y también podría contar cómo un aparato llamado móvil ha conseguido deshumanizar tanto a las personas hasta privarlas totalmente de la libertad de ser y relacionarse.
Si Disney se atreviera a hacer una peli en la que una pareja tuviese hijos y reflejase cómo su relación sufre una profunda crisis: ¿cuántas personas desearían ser padres? ¿peligraría la supervivencia de la especie?
Ahí lo dejo. Nosotras seguiremos con nuestras largas reflexiones…
Firmado: una mujer que se crió con algunas Princesas Disney.
P.D. Afortunadamente llegó Pixar para contar otras historias sobre emociones mucho más cercanas a la vida real.
Vanessa Ojeda
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