A por otro más
Mamá se escribe con amor nació hace 7 años como un proyecto de blog en el que compartir mis vivencias sobre la maternidad. Convertirme en madre fue una experiencia tan intensa y arrasadora que empecé a escribir sobre ello no solo como terapia de desahogo, sino también para plasmar con palabras lo que no quería olvidar.
Y aunque esa era la intención inicial, no salió a la luz como un simple blog. Porque desde el principio yo quería algo más. Año tras año fueron creciendo las publicaciones semanales, las visitas a la web, los perfiles en redes sociales y, tras mucha formación, también hubo hueco para los servicios.

Cada año, en el aniversario (que fue en septiembre) me gusta escribir un post y hacer un poco de balance. En esta ocasión, llego un poco más tarde, porque con la madurez del proyecto he aprendido que a veces hay que bajar ritmo, reflexionar y recalcular ruta. Para ello, me pregunto:
¿Cómo va el proyecto?
¿En qué punto está?
¿Hacia dónde se dirige?
¿Cuánto tiempo puedo dedicarle?
¿Qué cambios necesita?
¿Qué le falta?
¿Qué le sobra?
He de decir, como en años anteriores, que mientras no trabajaba le dediqué mucho tiempo y esfuerzo a probar cosas nuevas y variadas y que algunas las he tenido que dejar en el camino porque no podía asumirlo todo. A veces, eso me ha generado frustración. Sin embargo, sé que era necesario para no descuidar otras parcelas o priorizar lo verdaderamente importante.
En este periodo de reflexión aún no he dado respuesta a todas las preguntas. De hecho, me siento ambivalente sobre un tema concreto y es si seguir adelante con las publicaciones del blog o no. La lectura de los posts se ha reducido considerablemente. La sociedad se está acostumbrando a consumir información de corta duración en formato vídeo. Se lee menos y se es más selecto con lo que se lee. He preguntado a mi audiencia y también me anima a seguir con las publicaciones en redes, lugar en el que no me gusta tener el foco ni invertir demasiado tiempo. Por otro lado, escribir es una terapia en sí misma y obviamente puedo seguir haciéndola para mí, pero ¿por qué no compartirla con el resto del mundo si con lo que escribo alguien puede sentirse mejor, verse identificada o creerse menos loca?
Y, como me pasa a menudo, cuando creo que lo mejor es caminar en una dirección, llegan voces externas que me animan a seguir adelante. Así ha sido también en esta ocasión. He recibido regalos que me llevan a seguir escribiendo. Apoyos y reconocimientos que me empujan hacia lado y datos que me inducen hacia el otro.
Siempre he tenido la ilusión de escribir un libro y lo veía como un sueño a cumplir. No me siento a la altura de hacerlo y me debato entre el sí y el no. Aunque dejar de escribir significaría renunciar también a ese sueño, perder creatividad, soltar un hobby y una terapia y disipar una parte de mi esencia.
¿Es ese el camino que debe tomar mi proyecto tras estos 7 años? Ese es dilema al que me enfrento en estos momentos. Mi parte emocional me dice que siga escribiendo y mi parte racional dice que igual es el momento de soltar y enfocarme en otra cosa.
Al margen de esta cuestión, no quiero acabar este post sin hablar de la celebración que supone cumplir 7 años de proyecto, de la gratitud que siento por todo el apoyo que recibo y el orgullo de todo el camino recorrido. Espero seguir aportando más en los próximos años.
Si quieres aportar algo sobre la cuestión, te leo en comentarios.
GRACIAS POR LEERME.
Vanessa Ojeda
No dejes de hacer lo que te hace sentir bien, puedes invertir menos tiempo, y ya vendrá otra etapa en la que puedas dedicarle mas tiempo. Un super abrazo. Besos
Gracias Conchi. No creo que deje de escribir por lo que me hace sentir, aunque sigo meditando si dedicarle tanto tiempo a compartirlo. Un abrazo
Felicidades por estos siete años
Y no dejes de escribir, por favor, es parte de ti, y lo haces muy bonito. Leerte es un gustazo. Un beso muy fuerte, prima
Muchas gracias prima. No creo que deje de escribir, aunque sí debo decidir de cuánto tiempo quiero dedicar a compartirlo o simplemente dejar de autoexigirme hacerlo con esta regularidad. En ese dilema ando. Gracias por tus palabras. Un abrazo