Hoy hace 4 años que naciste príncep petitó. Que tuve la oportunidad de repetir, de rectificar y mejorar. De permitirme sentir, decidir y disfrutar. Tenía claro lo que quería y lo que no. Mi segunda oportunidad como madre.
La primera maternidad fue una locura. Una vivencia repleta de inexperiencia, tan intensa que me sobrepasó. En la que me equivoqué y dudé tantas veces. Y con una carga de culpa inherente.
Pero contigo, Ernest, fue muy distinto. Desde el mismo parto, pasando por el ingreso hospitalario (nuestras primeras 48 horas de vida), tu llegada a casa y nuestros 11 primeros meses, en los que viviste pegado a nosotros literalmente. Te porteamos a diario, cogimos una rutina y vivimos la maternidad de otra forma. Como dice mi amiga Lida fue una maternidad sanadora.
Y estoy segura de que eres así porque estuvimos muy cerca durante mucho tiempo. Tranquilo, cariñoso, fuerte, sociable, valiente.
Sé que ya no eres un bebé. 4 años cumples hoy, pero me cuesta tanto dejar de cogerte en brazos, de dormirte en mi hombro, y hacer cosas por ti. Me resisto a dejarte crecer. Qué difícil aceptar que ya no sois bebés.
Tenéis vuestra personalidad, autonomía, opinión, aprendizaje, además de ideas descabelladas,… todas esas cosas que tienen los niños sanos que evolucionan normalmente.
Pero príncep petitó aunque hoy cumples 4 años siempre seguirás siendo nuestro bebetet, como dice tu hermano.
Por favor sigue regalándonos historias llenas de fantasía reflejo de tu inocencia, esa que día a día irás abandonando para seguir creciendo.
Vanessa Ojeda