Varias veces me han preguntado ya los niños dónde estaban ellos antes de estar en mi barriga.
El mayor me lo he preguntado en varias ocasiones y el pequeño hace unos días también. Lo hacen especialmente cuando han visto fotos en las que ellos no están. Entonces les surge la duda. Yo les contesto que eran una célula muy pequeñita que estaba dentro de mí. Aún no hemos llegado a la explicación del óvulo y el espermatozoide. Así que recurrimos a la metáfora de la semilla.
Debe ser bastante trascendental para ellos saber cómo llegaron hasta aquí e imagino que más adelante necesitarán saber hasta dónde llegarán, es decir, cuál es el final del camino.
Al peque aún le cuesta entender porqué él no estaba y su hermano sí, en las fotos que hay entre los 2 años que se llevan. Pero es fascinante ver la curiosidad que en ellos despierta el tema.
Doy respuestas según el ritmo de sus preguntas e intento que sean sinceras y adaptadas a su edad. A veces la gente me comenta que doy demasiadas explicaciones, pero no veo otra manera de dar cobertura a su necesidad de saber. Y os aseguro que en uno de nuestros hijos la curiosidad no tiene límite.
Ha vuelto a tener una fase de “¿por qué…?”, después de 3 años, muy fuerte. Y se ha juntado con la del pequeño.
Me tienen abrumada con sus constantes preguntas. Además muchas de ellas no puedo contestarlas porque no sé la respuesta.
Pero, volviendo al tema de la barriga, hasta el momento les ha valido mi respuesta. Supongo que poco a poco y a medida que surjan otras preguntas acerca del cuerpo humano, surgirán otras cuestiones en torno a la fecundación, el nacimiento, etcétera.
Por ahora el único tema que le he adelantado a mi hijo mayor es el de la regla para que tenga una explicación a porqué a veces ve sangre.
Se debió quedar bastante conforme porque no me ha vuelto a preguntar nada más desde entonces.
Vanessa Ojeda