Mi amiga Lida, hace un par de meses, me invitó a asistir a una charla de Armando Bastida y yo, que me había quedado con el gusanillo, acepté encantada.
Su charla iba orientada a madres y padres de niños mayores de 18 meses.
En ella habló del NO, de los castigos, de las rabietas, de los premios, de los recuerdos, de compartir.
Todo iba en consonancia con la resolución de conflictos que propone la disciplina positiva.
Así que la mayoría de la teoría me la sabía.
Eso sí lo contó todo con una gran dosis de humor.
Me fue muy bien refrescar la teoría, algunos conceptos, cosas evidentes. Y me reí mucho con sus historias e imitaciones.
Pero lo que más me gustó de toda la charla fue que propusiera algunas ideas para acabar poniendo la guinda al pastel.
Entre ellas quería destacar algunas que intento poner en práctica porque son divertidas y novedosas. Creo que nos funcionarán un tiempo. Después hay que continuar innovando.
Os cuento algunas ocurrencias que compartió:
- Para conseguir que recojan los juguetes esparcidos por el suelo, decir:
- “Veo un montón de Legos tirados por el suelo”,
- “Sigo viendo un montón de Legos tirados por el suelo”,
- “Oh, ¿qué ha pasado? ¡Los Lego han cobrado vida y se han salido de la caja!”.
- Para conseguir que recojan los zapatos y abrigos tirados por el suelo, decir:
- “Veo unos zapatos y un abrigo en medio del comedor”,
- “Sigo viendo unos zapatos y un abrigo en medio del comedor”,
- “¡Oh, mi hijo ha desaparecido! Están aquí sus zapatos y su abrigo pero él no está por ninguna parte”.
- Para conseguir que vengan a cenar, decir:
- “Es hora de cenar”,
- “La cena está en la mesa”,
- “Es hora de ir a dormir”
(“Pero papá, ¡si no hemos cenado!”).
- Para ir al cole.
- Recorrido del pipí: “Ahora el pipí baja por la tubería del váter, sigue por la tubería que baja por la escalera, va por la tubería debajo de la acera, entra por la tubería bajo la rampa del párking, sigue por la tubería que va por debajo de la carretera, …” y así hasta llegar al colegio.
- Jugar a piratas por el camino: “Sube a mi barco Barbanegra, que te llevaré a surcar los mares, iremos hasta una isla donde hay escondido…” y seguir la historia hasta llegar a la escuela.
Estas son solo algunas de sus propuestas.
Ahora podemos seguir añadiendo algunas de cosecha propia e intentar ponerlas en práctica.
Está claro que a menudo nos tomamos todo demasiado en serio y esperamos respuestas de ellos porque lo decimos nosotros y nos olvidamos que la vida es un juego para los niños. Si hablamos en su mismo lenguaje y con humor, todo será mucho más sencillo. Lograremos conectar con nuestros hijos y acabaremos recibiendo la respuesta que necesitábamos.
¿Compartís vuestras estrategias mágicas con nosotros y ampliamos la lista?
Vanessa Ojeda