¿Qué sabía yo de los dolores y molestias cuando nacen los dientes? Pues nada. Y eso que ya tenía un hijo con todos los dientes fuera.
Pero Abraham nunca se quejó de nada relacionado con los dientes. Lo único que puedo decir de él relacionado con ese tema es que cuando le faltaban los últimos por salir, se frotaba la mandíbula. Así que algo debía notar.
Fue un niño atípico en este tema. Hasta los 13 meses y medio no le salieron sus primeros dientes y fueron los de arriba. En un año salieron todos. Y los colmillos fueron los últimos.
Pero con Ernest la historia fue muy distinta. Ahora, afortunadamente, voy perdiendo los malos recuerdos de esta etapa, pero ha sido durísima. Y lo peor es que tardamos mucho en darnos cuenta de la relación que existía entre su malestar y el nacimiento de los dientes.
A Ernest empezaron a salirle con 8 meses y medio. Los de abajo tomaron la delantera. Enseguida se complicó con una bronquiolitis. Y decidimos probar con homeopatía (otro día os hablaré de nuestra experiencia en ese sentido).
Poco a poco empezamos a vislumbrar una sintomatología que se repetía con frecuencia y que nos hizo pensar que todo ello debía estar asociado al dolor de la dentición:
- irritabilidad,
- granitos en las mejillas y tenerlas sonrosadas,
- poco apetito,
- culete irritado,
- cacas blandas,
- dificultades para conciliar el sueño,
- muy malas noches con despertares constantes, llantos y gases molestos,
- y siempre acompañado de resfriados con dolores de garganta y mucho moco; que se iban encadenando, todo motivado por la bajada de defensas durante esas crisis. Y a menudo se complicaban con tendencia a la bronquiolitis.
También se habla de otros síntomas que, aunque nosotros no los sufrimos, se dan con frecuencia:
- babeo,
- llevarse la mano o el puño a la boca,
- morder todo lo que tiene a su alcance,
- incluso morder mientras toma el pecho.
A Ernest nada le aliviaba durante las fases más agudas. Probamos muchas cosas:
- chamodent,
- chamomilla,
- apiretal,
- dalsy,
- mordedores,
- chupetes,
- pecho, …
Hay otras que no llegamos a usar pero de las que se habla:
- cremas que adormecen la encía,
- paños fríos para morder,
- juguetes especiales para dentición,
- dediles,
- masajes en la mandíbula, …
Las noches eran terribles de pasar. A veces tardábamos 30 minutos en conseguir que se durmiese y a los 20 minutos volvía a estar despierto y así durante varias horas. No conseguíamos dormir y al día siguiente había que hacer vida normal (trabajo, cole, escoleta). Desesperados por la situación le dábamos ibuprofeno, que parecía ser lo único que llegaba a calmarle algo y a veces nos daba una tregua de un par de horas. Las dos épocas más duras fueron las de las muelas. Empezó con una primera tanda de cuatro y luego la segunda de otras cuatro.
A partir de los 2 años, y quedando una última muela, notamos un ligero cambio por las noches. Lo llevaba un poquito mejor. El sueño era más profundo. Pero se mostraba más irritado durante el día.
Cuando la última muela estaba prácticamente fuera notamos dos cambios importantísimos en nuestro hijo:
- empezó a dormir mejor, más profundo y a menudo sin despertares nocturnos,
- su humor se ha ido transformando. Fue tan largo el proceso que parecía ser un niño serio, no muy alegre y poco eufórico, porque casi constantemente tenía algún diente empujando. Pero tornó mucho más alegre, hablador y sociable.
Ahora que han pasado unos meses podemos afirmar que apenas se despierta por las noches y se ha multiplicado su actividad física y su energía.
Ha sido una fase tan extensa e intensa que no veíamos la luz al final del túnel. Ahora que parece haber tocado a su fin afortunadamente dejaremos todos atrás esta tortura y nos prepararemos para otras aventuras…
Lo quería compartir porque muchas familias sufren malestares en los niños que no saben a qué se deben y viven momentos realmente difíciles. Os animo a que probéis lo que creáis conveniente para hacer que vuestro bebé y vosotros os sintáis mejor, pues no conseguir un buen descanso puede tener consecuencias muy negativas.
Por fortuna todo pasa. Y hasta casi se olvida. Espero haberos dejado algunas ideas que os sirvan. Ánimo en vuestro camino.
Vanessa Ojeda
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