Respuestas y preguntas
Estoy viviendo un proceso que me ha llevado a una profunda reflexión y análisis. De todo lo que estoy aprendiendo en el camino, una de las principales respuestas que he obtenido es que los seres humanos reaccionamos cuando no tenemos una necesidad cubierta. Algo, en nuestro interior, en nuestro cuerpo, está vacío.
Puede ser una necesidad física o emocional que no ha sido atendida y ahí está, generando malestar, incomodidad, llevándonos a conectar con nuestro instinto más primario, con el cerebro reptiliano. Esa parte del cerebro que reacciona en cuestión de segundos: atacando, huyendo, o inhibiéndose. Puro instinto de supervivencia.
Ese es el mecanismo que se activa ante una carencia de alimento, sueño, contacto, consuelo, atención, cuidado, escucha, seguridad, amor. Y así se explica el comportamiento humano ante necesidades no cubiertas. Se centra en la búsqueda incansable de respuestas, de personas, de cosas, que puedan cubrir esas necesidades. Incluso hasta llegar a bloquear las emociones.
Quizás ahora resulte más fácil entender a los niños cuando tienen un comportamiento socialmente no aceptado. Se trata de una llamada de auxilio hacia los demás para que les ayuden a conciliar el sueño, les den comida, calor, les toquen o escuchen, les presten atención, les den amor. Y lo pueden hacer llorando, gritando, pegando, chinchando, teniendo una rabieta, con demandas constantes, con rabia, con tristeza, desde la desconexión, a través del fracaso escolar, del abuso a sus iguales.
Y así se forjan adultos cuya salud mental se ve afectada hasta tal punto que surgen trastornos de la alimentación, de ansiedad, del sueño, somatizaciones físicas y una búsqueda incansable de ver satisfechas esas necesidades primarias mientras las emociones toman el mando sin control.
Yo, hace tiempo, fui consciente de que mi necesidad no cubierta está relacionada con ser vista, reconocida y valorada. Ser escuchada y tenida en cuenta. Sentirme perteneciente al grupo. Viene desde la infancia. Y afecta a todos los ámbitos de mi vida. Además, creo que es por ese motivo que intento destacar, ser buena en lo que hago, mejorar, autoexigirme, ser profesional, evolucionar.
Ahora que ya tengo esa respuesta, nace una nueva pregunta: ¿Cómo lleno ese espacio vacío por mí misma?
Vanessa Ojeda
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