Se acaba el 2019 y llega el 2020. No solo finaliza el año, también damos paso a una nueva década tanto en el calendario como en años.
El 2019 ha estado lleno de cambios profesionales. Acaba con un poco de estabilidad, pero sé que es algo pasajero. Así que me sigo preparando para lo que llegará en el 2020.
Voy a seguir con la formación que tengo en marcha y tengo otra prevista para abril.
Hemos acabado el año viajando y lo vamos a empezar viajando también. Nos toca un fin de semana en familia y otro en pareja, que hace tiempo que estábamos deseando.
Hay que empezar a tomarse en serio la premisa bien acertada de que todas las parejas (con hijos) deberían tomar un café a la semana, una cena al mes y un viaje al año. Es importante mantener una sana relación de pareja. Es la persona con la que compartíamos la vida antes de nuestros hijos, con la que la compartimos hoy y con quien la compartiremos en un futuro, cuando nuestros hijos emprendan el vuelo. Así que atender y mimar la relación de pareja es uno de los propósitos realistas de este año.
El año que dejamos atrás ha sido también todo un reto en la crianza. Los niños crecen y los problemas también. Hay temas realmente difíciles en los que estamos trabajando y seguiremos haciéndolo en la próxima década. Esa es la labor más importante que ahora nos ocupa.
En lo personal, se acaba una década que me ha cambiado la vida para siempre, me ha hecho madurar aún más y me ha empujado a un trabajo interior más profundo, dando paso a un mejor autoconocimiento y grandes transformaciones, así como el inicio de muchos pequeños cambios.
Estoy en un momento de dejar atrás a personas que no me aportan nada para abrirme a otras amistades que sumen, que compartan una filosofía de vida, con las que empatice y conecte.
Ser madre me ha regalado también conocer a personas increíbles, a las que admiro mucho y que me han dado más de lo que cabía esperar sin apenas conocerlas.
Afronto la nueva década con la expectativa de que los 40 serán un punto de inflexión. Un año en el que afloren los resultados de los pequeños cambios.
Y este es mi gran reto para el 2020. Sacar lo mejor de mí y convertirlo en una forma de vida.
¡Feliz década!
Vanessa Ojeda
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