Mirarlas para encontrar respuestas
Aún me sigue sorprendiendo cómo parientes, amigos y profesionales, la sociedad, en definitiva, sigue obviando a las madres. Nos sentimos no validadas, ignoradas e incluso, infantilizadas .
Me llega una historia de una madre, con dificultades durante la lactancia materna, que ha visitado el hospital, un grupo de apoyo a la lactancia, una pediatra, una fisioterapeuta, unidad de digestivo, y los que le quedan por ver. El bebé no gana suficiente peso. La madre da el pecho, suplementa con su leche, que se extrae durante todo el tiempo que no da de mamar y también con leche artificial.
Desconozco el motivo que subyace por el que ese bebé no gana peso. Pero lo curioso de esta historia es que la madre me confirma que nadie ha puesto el foco en ella. Según parece, no le han preguntado por su pecho, y se lo han visto. Le habrán preguntado sobre su historial clínico, medicación, … Una incógnita.
Nadie se ha interesado en todo este tiempo en si tiene pechos hipoplásicos, o en si se ha sometido a una cirugía mamaria, si tiene alteraciones tiroideas no controladas, síndrome de ovarios poliquísticos, si toma medicamentos inhibidores, si ha tenido una retención de placenta o algún desarreglo hormonal.
¿En serio? Esa madre lleva semanas viviendo una situación muy difícil y ¿no se ha puesto el foco en ella?
O sea, que está muy bien que miren al bebé con lupa. Especialmente porque va a durar poco que ese bebé sea mirado así por los adultos profesionales que pasarán por su infancia. A medida que crecen, empezamos a obviarlos a ellos también. Pero ese es otro tema y da para un post entero.
Tal vez no haya ningún motivo por parte de la madre que conlleve una baja producción de leche. Quizás realmente sea algún problema localizado en el bebé o a saber. Pero por puro descarte, por favor, miremos a las madres. Dejemos de tratarlas como niñas pequeñas, como exageradas, como histéricas, como primerizas, como inútiles.
Las madres, en su mayoría, son completamente capaces de cuidar a sus bebés y lo hacen lo mejor que pueden con lo que saben en cada momento.
Busquemos la manera de acompañarlas en esta aventura en la que se acaban de embarcar, validando sus sentimientos, sus preocupaciones, sus sospechas. Ellas saben cuándo algo no va bien. Dejemos de obviar a las madres y empecemos a mirarlas y escucharlas para encontrar en ellas muchas respuestas.
Vanessa Ojeda
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