Cuando Abraham tenía un año yo ya deseaba poder contarle cuentos por las noches porque me apetecía poder tener ese momento con él y porque pensaba que contarle cuentos podría ayudarle a conciliar el sueño, cosa que le costaba mucho por aquel entonces. Una amiga me dijo que hasta los 2 años los niños no solían prestar atención o no eran capaces de seguir el hilo de un cuento. Y efectivamente así era. Así que tuvimos que esperar.
El verano que el niño cumplió los 2 años, que yo ya estaba embarazada, papá empezó a llevarle a dormir y a contarle un cuento para así sustituir la última toma de pecho del día que ya me resulta resultaba molesta por aquel entonces por la sensibilidad de los pezones durante el embarazo. Y así comenzó una rutina que nos gusta mucho a todos y que aún conservamos con él y con su hermano.
La mayoría de días estamos los cuatro juntos. Y cada uno de nosotros contamos 1 o 2 cuentos a cada uno de ellos, ya que están en etapas diferentes y sus gustos varían.
Abraham va desde Ladybug a los planetas y las estrellas pasando por el elefante Elmer.
En cambio Ernest está en una fase de repetición y su abanico de variedades es un tanto reducido aún. Casi a diario suele pedir: Los tres cerditos, alguno de la patrulla canina, o de Peppa Pig.
Algunos días solo mamá o papá cuenta un cuento para los dos. Y suele ser alguno que les guste a ambos: la patrulla canina o Peppa Pig o algún cuento clásico. Últimamente sí he notado una evolución en Ernest, que empieza a pedir cuentos diferentes, y hemos empezado a trabajar con uno de las emociones, que le regalaron a Abraham, y nos ha gustado a todos.
Reconozco que este momento que pasamos con ellos me encanta y espero que dure mucho tiempo. Me gusta porque:
- pasamos tiempo todos juntos, en calma, y es un momento de relax,
- trabajamos muchos temas a través de los cuentos, y eso les ayuda a expresar sus emociones o a preguntar e interactuar con nosotros,
- nos ayuda a acabar la jornada en compañía y reconciliándonos de los posibles “roces” del día, …
Y para acabar, os quería enumerar algunos de nuestros cuentos preferidos:
- El pez arcoíris,
- Una mamá para Owen,
- La princesa del guisante,
- Mi mamá es tan rara,
- Elmer,
- De qué color es un beso,
- El monstruo de colores,
- Mi primer gran libro del espacio,
- Quico y Tula. Sentimientos,
- Y muchas veces eligen clásicos del tipo: Caperucita Roja, Los tres cerditos, el Patito Feo, El Flautista de Hamelín…
Y, ¿cuál es vuestro cuento preferido a la hora de ir a dormir con los peques?
Vanessa Ojeda
Estefanía says
Hola a todos,
Nosotros también disfrutamos con ese espacio para leer antes de ir a dormir…ayudándome a que se relajen y se preparen para descansar (sobretodo con el mayor)Tambien la diferencia de.edades hace q sus gustos y necesidades varíen y cada uno escoge lo q más le gusta. Me hace gracia porque el mayor disfruta con muchos de los libros que leía mi hermano cuando era pequeño y he rescatado del olvido. Tenemos un amplio repertorio porque me encanta entre los que más repetimos son (y q no hayas mencionado ): Ibai y sus aventuras, el imaginario de Félix, lola y sus emociones, cuentos de rimas que se puede cantar como el Cocodrilo, los hábitos de Pol, qui que qui dibujos de personajes y hay q adivinar quien ha hecho algo, el monstruo rosa…
Mamá se escribe con amor says
Muchas gracias Estefanía por tu respuesta. Me apunto algunos de los cuentos que comentas para leer con los peques. Me encanta tu aportación!
Decirte que a mí también me llama mucho la atención ver cómo se entretienen con cosas de cuando nosotros éramos pequeños, me hace ilusión recuperarlas y entonces estoy contenta de haberlas guardado.