De nuevo retomo este tema, que ya traté en otro post hace un tiempo, porque he dado un paso más y quería compartir con vosotros la experiencia.
Hace unos meses llegó a mí el enlace de un artículo que hablaba de las causas de la enúresis y los tratamientos .
En él, un urólogo insistía en que ningún niño debería pasar por esto. Me interesó el tema porque de repente me hizo sentir culpable, ¿y si mi hijo seguía así porque yo no había hecho nada al respecto? Lo que más me llamó la atención fue descubrir:
- que la causa es, en el 90% de los casos, física,
- que además tiene un componente hereditario importante, cosa que ya sabíamos,
- que puede deberse a una diabetes,
- que también puede deberse a una sobreproducción nocturna de orina por déficit de la hormona antidiurética (ADH) que controla la producción,
- e incluso podría deberse al estreñimiento,
- y además, a padecer adenoides (vegetaciones)
- o tener amígdalas muy grandes.
Para detectar el origen se puede hacer una ecografía (para revisar riñones y vejiga) y luego un análisis de sangre.
Cuando leías el artículo en profundidad y seguías investigando otros artículos del Dr. Ruiz de la Roja descubrías que el tratamiento más común es medicar, administrando desmopresina, un antidiurético, pero que si se deja de tomar, se puede volver a la situación inicial.
También existen tratamientos conductistas, mediante los cuales, te hacen despertarte cuando empiezan a escaparse las primeras gotas de pipí.
El caso es que tras investigar decidí que lo hablaría con la pediatra a ver si nos ofrecía hacer pruebas para buscar la causa.
Fuimos y no estaba nuestra doctora. Aún así decidí contárselo a la sustituta para ver qué me decía.
¿Os cuento lo que me respondió? Sus recomendaciones fueron:
- Restringir líquidos a partir de una cierta hora,
- hacer un calendario de recompensas durante unos meses, en el que dibujásemos nubes los días que se hiciese pipí y soles los días que no; en estos últimos días ofrecer una recompensa,
- si esto último no funcionase, probar con la medicación antidiurética.
Y para finalizar, comentó que era pronto, que tranquilamente podíamos esperar un par de años más. Nuestro hijo tiene 7 años actualmente.
Para poner la guinda al pastel acabó diciendo que el problema eran los campamentos y fiestas de pijama. Decidió contarme que cuando su hija tenía 10 años invitó a sus amigas a dormir y que una de ellas se despertó mojada y corrió a decírselo a la madre de la anfitriona (la pediatra) y las dos fueron corriendo a tapar la escena para que nadie se diese cuenta. Para que no pasase vergüenza de haber mojado la cama.
En ese momento fue cuando mi indignación fue máxima.
¿Vergüenza? Si un niño tiene una malformación, un defecto congénito, una costumbre o un apego hacía algo, ¿hay que esconderlo? ¿En serio?
Si nuestros hijos llevan un implante coclear, tienen un ojo más pequeño, son estrábicos, cojean, tartamudean, llevan chupete con 3 años, duermen con un peluche a los 9 años… ¿hay que esconderlo?
Es vergonzoso. Qué pena que este tema sea tratado de esta forma. Tanta discreción y tan poca naturalidad. Así sigue siendo un tema tabú.
Quería añadir que recientemente me han hablado de las Bioneuroemociones y la Biodescodificación en niños. Estoy investigando y ya os contaré más concretamente pero mojar la cama podría estar relacionado con separaciones abruptas de los niños y sus padres, con perder la situación de hijo único, es decir ser destronado, con tener miedo hacia el padre, o con el anhelo de alejar a alguien (abusos). Cuando sepa algo más sobre el tema os informaré.
Por favor, tomad conciencia de este tema. Pasé toda mi vida guardando esta situación como un secreto, por vergüenza. Ahora lo cuento a todo el mundo. No quiero que nadie pase vergüenza por ello, porque detrás puede haber muchos y variados motivos, tanto físicos como emocionales. Gracias.
Vanessa Ojeda
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