He vuelto a nacer. El mundo es nuevo para mí también. Ahora tengo una nueva visión. He redescubierto las cosas a través de tus preciosos ojos azules. Me gusta mucho más contemplar el mundo con tus ojos, llenos de inocencia, sin rencor, que no conocen la maldad, la injusticia o el dinero. Y he aprendido cosas olvidadas. He visto la naturaleza y los animales. He conocido a las personas y los sentimientos.
Me apasiona tu curiosidad. Me encanta explicarte cosas y aprender otras nuevas contigo.
Me has obligado a darte respuestas para mí desconocidas. Me has obligado a reaprender y a investigar. ¿A qué sabe la nieve? ¿Cuál es mi color preferido? ¿Qué hay dentro de un coche de bomberos? ¿Qué pasa cuando morimos?
Y a darte muchos porqués que ni siquiera yo sabía responder.
Aún hay respuestas que no te he podido dar. Algunas, porque no sé cuál es la contestación, otras, porque ni siquiera sé que opino yo misma al respecto: no sé por qué enfermamos, por qué los médicos no nos pueden curar a veces, o a dónde vamos cuando morimos.
Pero me gustan tus respuestas, las que nos aportas con toda su lógica, las que me parecen innovadoras, esas que siempre dan una solución simple al problema más complejo.
Disfruto viendo la vida a través de tus ojos, haces que todo sea natural, que todo sea dulce. Y, tu mirada es limpia, libre de prejuicios.
Estoy segura de que me has enseñado tú más cosas de las que yo te pueda transmitir en toda mi vida. Seguiremos investigando juntos todo lo que no sepamos.
Gracias por dejarme aprender a ver y a mirar contigo.
Vanessa Ojeda
Deja una respuesta